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lunes, enero 31, 2005

De noticia en noticia

Hoy regresé al trabajo, después de un fin de semana realmente maravilloso... di un paso importante este fin de semana y es algo que considero es el complemento de un proceso llamado madurez...
A mis 26 años me di cuenta de algo: Quiero compartir con ella toda mi vida, quiero que mis hijos nazcan de ella, quiero que su aroma se quede prendido en mí, de por vida... quiero que sea mía, sólo mía para siempre y ya di aquel paso que me era muy temido cuando era un mocoso, pero que hoy se convierte en algo fundamental para mí...

Llegamos a San Bartolo cuando el sol no quería asomar con mucha fuerza, sin embargo el panorama para mí era increíble... el mar bravo pero coqueto, moviendo sus cimbreantes olas con toda la facilidad que sólo un ente maravilloso puede ofrecerle... al lado mío caminaba la mujer más hermosa del mundo, sus facciones delicadas me hacen vibrar de pura emoción y me hacen estallar de tanto amor. Las gaviotas insolentes detuvieron su vuelo para apreciarla y el sol que estaba tímido, salió con fuerza sólo por darse el gusto de apreciarla...
Me ahorraré detalles porque quiero contarles lo que ocurrió aquella noche... salimos a caminar cerca del mar, el olor de la brisa marina era super penetrable... me encantó... fuimos a pasear, tomamos algo, nos besamos, estabamos maravillados...
Ahora sólo imaginen este panorama... cerca de las 10 de la noche, una luna llena realmente redonda y amarilla, el sol se esmeró esa noche para alumbrarla y darle la vida que le veíamos... las estrellas parpadeaban, y el mar... ese mar, que ha sido testigo de tantas cosas mías, de mis alegrías, de mis broncas, de mis lágrimas pérdidas cuando mis abuelitos fallecieron, aquel mar que se dio cuenta cuando pasé por un mal momento con alguien que hoy me acompaña y es mi amigo... aquel mar que supo porque le tenía miedo y porque hasta hoy respeto sus olas... pues bien, ese mar se esforzó por lanzar sus mejores olas a la orilla...
Ana María me miró... sus ojos brillaban, llenos de amor y me podía ver en ellos...
- El mar, estrellas, la luna, tú conmigo en esta playa, ¿qué mas se puede pedir? - me dijo
- Yo se que más se puede pedir... yo quiero pedir algo...
Pongo a la luna, al mar y a las estrellas como testigos para pedirte esto... ¿Quiéres casarte
conmigo?,
Una lágrima asomó, me miró y me besó... diciéndome que sí...
El resto del fin de semana fue genial... ella es mi mujer y se que seré muy feliz a su lado...porque LA AMO!!!!!